Quiero compartir con ustedes mi testimonio personal para que os animéis a colocar el vuestro también.
Soy Viviana, tengo 29 años, casada, con una hija preciosa de 15 meses y una familia genial. Además soy médica, graduada en la Universidad Nacional de Colombia, actualmente estoy haciendo una especialización en Medicina Familiar y Comunitaria en Madrid.
He tenido la gran ventaja de conocer a Jesús desde pequeña, mis padres desde jóvenes tomaron la decisión de aceptar el perdón que Dios da a través de Jesús y caminar en sus enseñanzas, así que me crié en un precioso hogar cristiano, con problemas como todos pero en el que respiré el amor de Dios en mi vida y siempre estaré agradecida por ello.
Aunque asistí a grupos cristianos para niños y oraba en las noches, hasta la edad de 12 años puedo recordar el haber tomado la decisión voluntaria de creer en Jesús como Dios y Salvador, estaba muy intrigada por el tema del «fin del mundo» por haber leído algún libro, por lo que pregunté a la persona que dirigía el grupo de jóvenes cristianos al que asistía como hacía para estar segura de que iba a estar con Dios por siempre y ella me compartió sobre la importancia de tomar una decisión y creer en Jesús y pedir perdón por mis pecados, por lo que lo hice y realmente me dio seguridad saber que en cualquier circunstancia Dios estaría conmigo, porque así lo prometió (Mateo 28:20).
Sin embargo mi mayor compromiso con Dios llegó a la edad de 17 años cuando había terminado mi primer semestre de medicina, la verdad me había ido muy bien, había cumplido todos los sueños que tenía hasta ese momento: graduarme con honores del bachillerato y con buenas relaciones con mis compañeras, profesores, monjas, etc., pasar en la universidad que quería y en la carrera que quería, vivir en una ciudad diferente sin mis padres sin problemas, además me fue muy bien en las notas de ese semestre y había hecho buenas amistades, en fin, había logrado todas las metas propuestas y??? eso no era suficiente, necesitaba algo más grande por lo cual vivir y para que vivir, me acordé de una predicación en la que me habían dicho sobre la importancia de rendirse a Dios y entregarle todas las áreas de mi vida para no hacer lo que yo quería sino vivir para Él, entonces eso hice en la privacidad de mi cuarto, me arrodillé y una por una le fui entregando todos los aspectos de mi vida y reconociendo que no quería vivir a mi manera sino a la de ÉL y vivir según su definición de felicidad.
Desde entonces mi relación con Dios mejoró mucho, lo veo como muy cercano y pensar en Él me llena de paz, de gozo y de esperanza porque se de dónde vengo, quién me creó, se a dónde voy, se para qué y para quién vivo, tengo un propósito eterno para cada cosa que hago y disfruto cuando lo veo en muchos detalles que me pasan a diario, confío en que mi vida y la de mi familia están en sus manos por lo que los problemas no los veo tan grandes y puedo aprender de ellos y además sus promesas en la Biblia me inspiran cada día a seguir adelante, realmente seguir a Cristo ha sido la mejor decisión de mi vida, ¿a qué esperas para seguirlo también?