Es la pregunta que nos hace Jesús en Marcos 9: 23; puesto que muchas veces dudamos de su poder, y esto da igual si somos nuevos en las cosas cristianas o llevamos bastante tiempo. A veces en algún momento, nos vemos diciendo: -Señor si puedes haz o -Señor será que me puedes ayudar en esto o -¿Señor si en esta situación puedes hacer algo? ¡Ayúdanos!, decimos o preguntamos esto como si el poder del Señor no fuese suficiente, colocamos el condicionante si o el será o el puedes ante la potestad de Dios.
Y ahí es cuando el Señor nos responde ¿COMO QUE SI PUEDO? PARA EL QUE CREE, TODO ES POSIBLE. Este pasaje hace parte de una historia en la que un hombre tenía un hijo sordo y mudo y los discípulos habían orado por el chico pero no se sanaba, hasta que llego Jesús y el hombre le dijo: – Si puedes hacer algo, ten compasión de nosotros y ayúdanos, y el hombre se encontró de pronto ante la respuesta del Señor Jesús: -¿COMO QUE SI PUEDO? PARA EL QUE CREE, TODO ES POSIBLE. Pero lo más hermoso de la historia es la humildad de este hombre desesperado por la situación, QUIEN GRITO: -SÍ CREO, AYÚDAME EN MI POCA FE.
Cuantas veces nos hemos visto alterados como este hombre por diferentes situaciones, impotentes, sin saber qué hacer, seguramente también con ganas de gritar; pero el problema es que vamos a quejarnos o gritar donde o a quien no nos va a dar respuesta. Vayamos humildemente y si necesitamos gritar o hablar por la impotencia que sentimos, hagámoslo, pero hagámoslo, ante quien si tiene el poder suficiente para ayudarnos. DIGAMOS HOY EN ESA SITUACIÓN EN PARTICULAR: JESÚS SI CREO, AYÚDAME EN MI POCA FE.
Me despido con algo que alguien muy especial me aporto hoy y me encanto y os lo quiero compartir, me decía que había leído hacía unos días en Manantiales del Desierto, lo que un hombre desde su creencia y corazón le decía al Señor ante las dificultades «Que será tan fuerte en el día de hoy que entre Tú y yo no seamos capaces de solucionar», esta frase lo dice todo.
Y como estamos regalones una frase anónima más para deciros chao y dejarlos con un abrazo caluroso.
«La fe no es creer que Dios puede hacerlo, sino que lo hará.»