LA INYECCIÓN DE MIEDO QUE NOS PARALIZA

Quiero narrarles una pequeña historia que escuche en una película: Erase una vez un pozo oscuro y profundo, en el había una rana y lo único que alcanzaba a ver era la boca del pozo, un día, un sapo se asomo desde arriba vio la rana en el fondo, y entonces le dijo: – sube y echa un vistazo aquí arriba, aquí todo es grande y numeroso. Desde entonces la rana soñaba con salir saltando del pozo para ver el mundo.  Muchas veces nos pasa como ésta rana que está en lo profundo del pozo, soñamos con dar ese salto, pero seguimos viendo todo desde abajo.  La pregunta es ¿Qué nos detiene? La mayoría de las veces no lo damos por la inseguridad o por miedo a creer que no somos lo suficientemente capaces de hacer eso que soñamos o por temor a que las cosas no nos salgan tal y como lo teníamos planeadas.  Por ello, la inseguridad no es solo lo que nos coloca a dudar frente a las decisiones, sino que a veces se convierte en una inyección de miedo que nos paraliza y nos grita- no lo hagas, no va dar resultado.  Pero amigos, hay momentos en los cuales es necesario que demos ese salto, salir del pozo y atrevernos a realizar nuestros sueños o proyectos que tenemos apartados a un lado en lo profundo del corazón ya sea por temor o por inseguridad, diciéndonos que no podemos con diferentes excusas, cada cual con la suya propia.

La Biblia nos dice que cuando los profetas, reyes y grandes siervos tenían miedo recurrían de inmediato a Dios. Veamos este ejemplo de 2º crónicas 3: Josafat el rey de Judá cuando se vio  rodeado por un escuadrón de enemigos mayor al número de su ejército, dice que sintió mucho miedo, pero enseguida acudió al Señor su Dios y puso su confianza en EL, y fue a la guerra sin  temor porque sabía que Su Dios era más fuerte y más grande y le defendería, y así fue, ganaron la batalla. DIOS PUEDE PELEAR LA BATALLA POR NOSOTROS EN NUESTRA DEBILIDAD CUANDO SABE QUE NOS SENTIMOS FRÁGILES Y TEMEROSOS, EL NOS DA LA FUERZA PARA SEGUIR. El problema está en si lo crees. Josafat lo creyó, sabía de sus limitaciones humanas, de su miedo e inseguridad pero creyó en un Dios poderoso listo para ayudarle en su debilidad y salió vencedor.  Nosotros por el contrario muchas veces cuando sentimos miedo ante un gran proyecto o sueño nos envolvemos en nosotros mismos diciéndonos: -Si mejor en otra oportunidad o –En el mercado hay muchos otros con el mismo proyecto, mejores que yo y yo me voy a quedar por detrás, mejor no, no va dar resultado, demasiada oferta y poca demanda. Acariciamos nuestro miedo dándole alas y lo hacemos más grande, en lugar de hacer lo que hizo este rey: Sentimos miedo, entonces acudimos al Señor nuestro Dios para hallar fuerza en nuestra debilidad.

Amigos, la inseguridad surge de repararnos a nosotros mismos, de estar mirando nuestros defectos e incapacidades, centrándonos más en ellos que en nuestras virtudes e igualmente brota de un corazón perfeccionista. Dios ante esto nos dice en su Palabra: “…cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir…” –Romanos 12:2-  La inseguridad también puede ser producto de antiguos rechazos o una autoestima herida en el pasado para lo cual Dios también nos anima y nos dice “Soy yo mismo el que los consuela, ¿Quién eres tú, que temes a los hombres, a los simples mortales, que no son más que hierba? –Isaías 51: 12; 2    Algunas veces todo esto nos parece inverosímil y seguramente así es, pero la verdad es que lo único que necesitamos es cambiar el chip y soltarnos en las manos del Señor nuestro Dios para así ganarle la batalla a nuestros miedos.

No crean ustedes que yo no he pasado por inseguridad, muchas veces me ha costado trabajo superar mis propios miedos e inseguridades, yo también tengo mis propias batallas las cuales  superó en la presencia de Dios día tras día para no rendirme.

Hace poco no más tuve una lucha muy fuerte con la inseguridad, pero salí vencedora, había un concurso de cuentos pero pensaba que para que concursar si había muchos escritores mejores que yo, tenía un cuento que había empezado a escribir hacía dos años donde cada vez que podía lo trabajaba un poco, pero nunca me atrevía a terminarlo o enviarlo a un concurso, ¿Por qué? Por miedo a sentirme como la peor entre tantos concursantes, porque estaba insegura en mi sueño, y mi mente esa que nunca falla para darnos animo contrario cuando necesitamos verdadero animo, me decía: -No lo mandes, es tiempo y dinero perdido, pues no vas a ganar.  Sin embargo, después de dos años por fin quebrante mi orgullo y en oración le pregunte a Dios que debía hacer, El era único que podía darme ánimo y seguridad y vaya seguridad la que me dio, me regalo una promesa en 2º crónicas 15: 7 diciéndome: Pero ustedes sean valientes y no se desanimen, porque sus trabajos tendrán una recompensa.” Esa Palabra de valor me fue suficiente, en ese momento me prepare para la batalla contra mi mente, si contra mi mente, pues los miedos e inseguridades están en la mente y recuerda nosotros tenemos que luchar contra ellos, me puse la armadura en mi cabeza, coloque mi promesa frente a mi ordenador para darme valor, comencé a trabajar sin parar y envíe el cuento al concurso. En esta oportunidad necesite de dos años para vencer el miedo y la inseguridad para hacer realidad uno de mis sueños.  Y ustedes se podrán preguntar ¿y si no gana? Les digo con total sinceridad que si no gano el premio de 2000e no pasa nada porque lo verdaderamente importante fue que di el salto, Salí del pozo y cumplí parte de mi sueño. No siempre ganar un premio es el primer paso para ganar esa recompensa, la recompensa se gana cuando con esfuerzo y trabajo cada día te formas para ganar el premio mayor, vencer totalmente tus miedos e inseguridad, pues un sueño no se da de inmediato es el resultado de pequeños pasos, paciencia, perseverancia y fe.  La Palabra de Dios en 2º crónicas 20: 20 nos dice: Confíen en el Señor, su Dios y se sentirán seguros…y todo les saldrá bien.

Por eso hoy te invito a que renueves tu mente y que ya no creas en lo que ésta te dice como: -usted no es capaz o – que no es posible, pues la Palabra nos dice que aunque nosotros no nos sintamos capaces, Dios nos da la capacidad, quiero terminar regalándoles este precioso pasaje de 2º corintios 3: 5 para que usted partir de hoy se apropie de él y empiece a ganarle la batalla a la inseguridad, dice así: “…nosotros no somos capaces de hacer algo por nosotros mismos; es Dios quien nos da la capacidad de hacerlo.”

Oremos: Señor te damos gracias por nuestras limitaciones humanas, debilidades, temores e inseguridades y te los entregamos, te reconocemos como Señor Dios Todopoderodoso, que nos das la capacidad y la seguridad para ir hacia delante cuando creemos que no podemos más o que sencillamente no podemos hacerlo.  Ayúdanos a dar ese salto y atrevernos creyendo en la promesa de de 2º Corintios 3:5, que aquello en lo que no nos sentimos capaces, tu nos darás la competencia para hacerlo. Gracias porque cuando nos sentimos débiles Tú Señor nos das toda la gracia –la fuerza y todo lo que nuestro corazón necesita- para seguir. Confesamos hoy oh Dios que te necesitamos. ¡Amén!

Comment(1)

  1. Nayeli Mo 

    Estoy pasando por algo parecido a lo que compartiste y realmente he batallado demasiado para emprender un proyecto que desde hace tiempo Dios me ha estado hablando, practicamente he estado paralizada por muchisimo tiempo pero lo que escribiste me dió ánimo. Bendiciones y gracias!

Deja tu comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Print your tickets